jose miguel hernandez l

TODOS LOS DÍAS BRINCABA LA EMPALIZADA

 

 

La vida de un amigo mío

Era normal y feliz.

Pero un día.

Su vista se fijo en una mujer.

 

¡L a que era prohibida!

Porque era casada.

¡Ella lo miro!

Y al instante, quedo hechizado.

 

Y el pobre hombre

Todos los días

Brincaba

La empalizada, para  reunirse con ella.

 

Fue una locura de amor

Que se volvió, una adicción

Ya que todos los días

De madrugada. Brincaba la empalizada.

 

Un día.

Ocurrió lo inevitable.

El esposo de ella volvió

Y se formo  la verraquera.

¡El hombre convertido  en fiera humana!

¡De un golpe tumbo la puerta!

Y vio a único amor.

¡Abrazada con otro!

 

¡Sin decir una palabra!

Le atravesó el corazón.

Dejándola  media muerta.

 

Después miro a su rival...

Y con el mismo puñal

Lo acuchillo, varias veces.

¡Este moribundo le dijo!

 

¡Ella no tuvo la culpa!

¡Fui yo quien la sonsaco!

¡Y todos los días!

¡Cuando tú te ibas!

 

¡Yo brincaba la empalizada!

¡El hombre al oír estas palabras!

¡Ciego de rabia y dolor!

¡Le atravesó el corazón!

 

Dejándolo  bien muerto.

Quedando ambos

Tendidos en un

Gran charco de sangre.

 

 

 

Hoy se comenta

En el pueblo

¡Eso le paso a fulano!

¡Por brincar la empalizada!