¡Ah, poesía reina de mis antojos!
Princesa de mi alegría,
Me tienes como de hinojos
En las arenas los días;
Dibujada en mi piel
La pasión de su hidalguía
No como aquel cuento
Pasa entre la celosía.
No te apocan los tiranos
Alumbras estando viva,
No te apagas fuego eterno
Del fénix eres tú la hija.
Encausas las inquietudes
Protesta en lengua altiva,
Con un lenguaje glorioso
Entonas el cielo y pinta.
Madre de los Alcores
Del éter las golondrinas,
Crisálida prodigiosa
Naciente agua cristalina.
Me tienes tan encantado
Que de amor haces rimas,
Sin ti no sé como haría
Como niño a su madre grita.