Hoy nazco en un verso,
en él hayo mi existencia,
un verso requiere paciencia
y esta se logra con sueños.
Ahora, crezco en una estrofa,
en ella alcanzo madurez
sin saber que depara la vejez
a esta mente sucia y filósofa.
Finalmente, muero en un poema,
muero, sin madurez, ni paciencia,
resucita libre mi conciencia
mientras el débil cuerpo se quema.