Y de pronto, ya no quería escribir poesía,
ya no quería escribir con pluma y papel historias de amor.
Solamente quería leer tus ojos,
escribir tu corazón.
Llenar con besos tu alma,
hacer brillar tu sonrisa.
Porque tú eres mi poesía, tú eres mi historia,
tú eres mi vida.