Volando hacia la luna,
con el alma que lleva mi muerte,
surgira en tu mente
recuerdos de mis latidos.
Sangra herido mi cuerpo,
tendido en un altar,
en el que posé mi vida,
aguardando en la sombra
esperando por ti.
Al no verte llegar,
el odio transformó mi amor en aflicción,
ahogándome en lágrimas
y creando un ritual.
Sacrificando mí ser
a la muerte abrace con placer.
Hoy soy un siervo del mal,
soy su eterno guardián.
Que espera por ti,
a que cruces ese portal.
Y tenerte a mi merced,
en en ese reino cruel…
P.M Pedro Monroy Gemio