Sentado en la orilla del mar,
descubrí que el amor
es como el mover de las olas,
el amor viene…y se va
y con doloroso dolor
acabas sufriendo a solas.
El dolor cesa, aunque tarde,
tanto dolor que pesa,
se marchó al ver su belleza,
mi corazón de pasión arde.
¿Ahora qué? Ahora nada,
el ardor mis cuerdas enmudece
al ver como sus labios humedece
y fija en otro su mirada.
Pues el amor es como dije:
como la mar cabreada,
movida por fuerzas motrices.
La ola se va
y la arena queda mojada.
¿Ahora qué?...Ahora, nada.