Los hijos son como los barcos
Como naves que los mares han de surcar
Nosotros los criamos como construyéndolos de a poco
Pero ellos surcarán los mares solos.
Como armadores los educamos
Construimos sus fortalezas
Los equipamos para atravesar los mares ignotos
A sobrevivir a las tempestades
A navegar con la brisa
Pensamos que nuestros hijos; como las naves
Estarán más seguros en los puertos
Pero no han sido hechos para eso
Ellos deben bogar, surcar, avanzar
Llegar a su destino un destino que no es el nuestro.
A veces encallarán y sus vidas correrán peligro
Más aprenderán a salir de ellos por sus propios medios.
Algún vez habrá buen viento y quizás lleguen a buen puerto
Encontrarán dicha y quizás se queden es ése puerto varados para siempre
O quizás reanudarán la travesía entre rayos y tempestades.
Los hijos son como naves
Deben partir aunque nos rompen los corazones
Los mares deben surcar, aunque a veces choquen con arrecifes
O quizás encallen en el mar del olvido.