Eikasia
Cadenas
La parada del colectivo 180 siempre está repleta de gente, gente pobre muy pobre, marginales y adictos, madres adolescentes con uno o tres niños, gente con la mirada triste y cansada. Los adictos que se dirigen al barrio de Villegas, van en busca de productos ambulantes para la venta ambulante (siempre con la cumbia en alto parlante y el Fernandito frío). Se ríen a gritos y comentan acerca de la dosis de paco que van a comprar después de vender (los) sus productos.
Una pareja de adolescentes de miran con odio al ver que sus dos bebitos, mocosos y con las manitas sucias no dejan de llorar y gritar. Toda esa responsabilidad lo sobrepasa, el amor que deberían sentir por sus hijos se convierte en odio, ese odio con el que sus padres los criaron, lejos de juegos y risas y cerca de violencia, drogas y armas. Sin una realidad mejor allí están, uniendo otro eslabón a esa cadena inmensa.
Autora Psy Yami