Las manos que se vuelven sangre
son las que nacen de la amistad
jamás fallan y estan marcadas
con un sello incondicional.
Las manos humildes
siembran, crecen y dan fruto
comparten al hermano
que esta necesitado.
Las manos voluntarias
se entregan sin condición
siempre están dispuestas
a cumplir su misión.
Las manos que bendicen
alaban, sanan
y unidas elevan
una oración con devoción.
Las manos de un ángel
que no se parecen a otras
protejen y desprenden
un aroma de rosas.
Las manos que se nutren de sabiduría
inventan, educan y enseñan
o las que plasman
un sentimiento noble
en una poesía.
Las manos valientes
que luchan por leyes
y derechos justos
jamás se convierten
en un polvo inerte.
Las manos honestas
son un elogio a la verdad
gran ejemplo que admirar.
Cuantas manos hacen el bien
por el mundo, buscando
el bienestar para la humanidad
este humilde homenaje
lo termino con un aplauso
para que el bien de esas manos
jamás digan adiós.
Rosa Maria Reeder
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