Me dijeron:
¡deja de soñar!
Yo asentí...
Me ordenaron:
¡Pon los pies en la Tierra!
Yo asentí...
Me exigieron:
¡Vuelve al mundo real!
Yo asentí...
¿Pero saben que no hicieron?
Pedir mi opinión,
la del soñadpor,
la del que apostó,
por el ser humano
antes que por el dinero.