Hace siglos que callo,
que me trago la mierda
y que miro a otro lado
ante tanta miseria.
Hace siglos que aguanto
el dolor de la tierra
y que hurgo en su herida
con mis manos infectas.
y que cierro los ojos
y me bebo su llanto
que le escupo en el rostro
en lugar de besarlo.
Ya no me traumatizan
esos niños soldados
que mamaron el odio,
en las ubres del diablo
ni siquiera esas niñas,
muñequitas de cera
que se entregan a cambio
de unas tristes monedas-
Y es que debo estar muerto
cuando no me revelo
contra tanto hijoputa
contra tanto rastrero
que nos chupa la sangre
que nos lava el cerebro
que nos da pan y circo
y nos cobra el asiento
mientras dios y su esbirro
les reservan el cielo
subastando indulgencias
por un módico precio.