El ciego logró palpar varias veces, pero no encontró la manera de apreciar la belleza, sus ojos aunque eran capaz de mirar, no distinguía entre colores y afectos, no sabía ver.
Entonces, me pregunto; si era capaz de mirar por qué le decían el ciego? Esa era una incógnita que se repetía en mi cabeza
Fue una noche de abril, a eso de la 1:47 de la madrugada mientras me deleitaba con un cigarrillo, que encontré la respuesta en medio de las bocanadas que se conjugaban con el frio de la noche y el resplandecer de la luna, en el espeso humo.
Era ciego porque decidió no volver a mirar de cerca las veces que más de una sonrisa quería involucrarse en su vida, era ciego por no querer apreciar la felicidad, era ciego por ansias de ser libre temiendo a la libertad.
Fue ciego por convicción hasta ese día de mayo que logró conversar con sus demonios, hacerse amigo de ellos y decidió volver a mirar.
Aviones.