Si de tus lágrimas hondas se vuelca
el ancho y largo el orbe;
y en Majestad de tus ojos me observo,
sabré que partirás
lejos, muy lejos y pues...otra vez lejos,
pero yo, iré a buscarte.
¡El mundo no romperá su dolor!
Pero yo, iré a buscarte.
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David John Morales Arriola