Mona Lisa

A mi amado

Amado mío, donde quiera que estés,

en pos de tu corazón vuelo cada noche,

mi alma desnuda se entrega en cada beso

y renazco al alba sabiendo que existes.

 

Cierto, no te he visto aún

pero te conozco como me conozco a mí,

tu presencia está en mi mente

y en mi corazón el tuyo.

 

Puedo gozar de tu vivaz mirada,

mis ojos recorren tu infantil sonrisa,

se agita mi cuerpo con tus delicadas manos

y mi boca se enciende al roce de tus besos.

 

No me embarga la ansiedad, no tengo prisa,

porque mientras nos encontremos,

en esta vida o en otras,

la plenitud de nuestro amor lo llena todo.