Escuadrón de mis ideales, que avanza a paso firme en feroz combate,
Derrumbando barreras, sorteando pasos infranqueables, venciendo miedos y dificultades.
Son mis ideas, los soldados geniales, que cual jinetes colosales,
Cabalgan sobre mis sueños infatigables, que cual potros alados,
Vuelan libres e incansables por los aires, sin cadenas que los aten.
No hay nadie que me pueda detener, con este escuadrón de soldados inmortales,
Que son guiados por el más feroz e implacable comandante,
Que nunca duerme, que no descansa, que no se detiene ni por un instante,
En su marchar galopando a ritmo de combate:
Es un corazón enamorado y loco de remate.
Solamente late por conquistar sus sueños, solamente vive por un instante,
De gloria infinita al encontrar a su mitad perfecta
Con la que comparta sus sueños, sus alegrías y penas,
Y juntos puedan volar al infinito y a las estrellas.
Adelante mis aguerridos muchachos! A paso firme! No demos cuartel
Al enemigo infatigable. Siempre estará frente a nosotros,
Tratando de derrotarnos, de sembrar la duda y el temor en nuestras filas.
No podemos dejar que caiga la noche de la rutina y el desgano,
No podemos dejarnos vencer por el rencor y las envidias,
Nadie podrá detenernos, nadie podrá enfrentarnos si seguimos juntos,
Si seguimos fieles a nuestras ideas, a nuestros sueños e ideales.
Siga firme mi Corazón comandante, guíe a sus tropas siempre adelante,
Nos llamarán locos, nos llamarán desquiciados, nos llamarán derrotados,
Pero nunca jamás nadie podrá acusarnos de cobardes!
Volaré con ustedes, sin nada que me ate. Volaré sin retorno,
Hasta el infierno mismo de ser necesario,
Pero seguiré fiel a mis ideales...