Para quien midió la ausencia
“¡Una semana!” ─ me dijiste…
“¡Un siglo!” ─ yo rumié conmigo.
Pero, mismo hoy, no consigo
que nuestra ausencia es cosa triste.
“!Ya no me importa ─ te lo digo ─
si una semana no me viste!
“Me importa, sí, que descubriste
que no quedaste más conmigo.”
Lo que sentiste, sentí yo,
pero ese tiempo se pasó
para avivar a tu conciencia.
¡No me disgusta el contratiempo!
Me encanta que al contar el tiempo,
¡tú calculaste nuestra ausencia!...