Me gusta andar por las calles de tierra
Lejos, muy lejos del centro, despacio,
saboreando de a sorbos su silencio,
contemplando el asombro de los campos
cuando por el cerro, marcha la tarde
a contarle sus sueños a las estrellas,
dejando que me acerque la nostalgia
escondida entre las nubes, la imagen
de aquella que fuera, en otros tiempos
dueña de la sombra, que a mi sombra
cediera el aliento de sus besos