Jul 2016
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El tiempo era agradable en el exterior de la cabaña, y los enanitos
lo aprovecharon para charlar animadamente. Se contaron las acécdotas
que les habían ocurrido en los últimos días. Algunos, pequeñas historias,
otros, cuentos divertidos que acompañaban con risas y carcajadas.
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Al ver que se acercaba Blancanieves, insistieron para que les contara
uno de los tantos cuentos que conocía.
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Gruñón tomó la palabra y se dirigió a ella:
- Blancanieves, cuéntanos algún cuento, ¡anda!
Y ante la insistencia de los siete enanos, Blancanieves no tuvo más remedio
que acceder a contarles un pequeño cuento que había oído contar a sus
abuelos.
- ¿Sabéis lo que son las artimañas? - les preguntó Blancanieves.
- ¿Las artimañas? - preguntó Tímido, con cara de asombro.
- Yo lo sé - dijo Sabio, despertando el interés del resto de los enanos.
- Las artimañas son acciones, producto de la inteligencia - siguió explicando.
- Y tienen que ver con la astucia, ¿verdad? - les inquirió Blancanieves.
- No entiendo nada - se atrevió a decir Dormilón.
Y Blancanieves quiso contarles aquel pequeño cuento, como ejemplo de
lo que era una artimaña, para que todos pudieran comprenderlo.
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Blancanieves comienza el cuento.
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- En cierta ocasión, hace muchos, muchos años, en una aldea cercana
al Bosque Encantado, se encontraba un pequeño alcaraván correteando
y comiendo los insectos que sacaba de entre las hojas que habían
caído sobre el suelo, escarbando con sus delgadas y largas patas, sin
advertir que era observado desde las alturas por una joven águila que
había llegado desde las montañas en busca de algún animal al que cazar,
para así poder alimentarse. Tanto el alcaraván como el águila, eran muy
jóvenes y muy ágiles, pero, en comparación, el águila era mucho más rápido
y veloz.
Sin apenas darse cuenta, el alcaraván fue atrapado por el águila, que lo
sostuvo con sus fuertes garrras, mientras, volando, lo llevó hasta su nido,
donde había decidido comérselo. En un segundo, el alcaraván sintió en
su cuerpo el pico del águila, e inmediatamente tramó una argucia que
podría salvarle la vida.
- Ya que vas a comerme, haz que mis padres y mis amigos sepan qué va
a ocurrirme.
El águila, lo miró fijamente arqueando las cejas, lo que interpretó el
alcaraván como una aceptación a su petición, y continuó:
- Solo tienes que gritar con todas tus fuerzas una frase.
Y, de nuevo, el águila arqueó sus cejas en señal de aceptación.
- Tienes que decir, \"Alcaraván comí\"
Y el águila, sin darse cuenta de la artimaña y astucia del alcaraván,
gritó con todas sus fuerzas: - ¡\"Alcaraván comííííí\"!
Y el pequeño alcaraván escapó del pico del águila volando y gritando
con mayor fuerza aún: - ¡\"A otro, pero no a míííííí\"!
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Y los enanos no paraban de reír, al entender definitivamente el significado
de las palabras artimaña, argucia y, sobre todo, la astucia del joven
alcaraván, que salvó su vida por haber sabido emplear su inteligencia.
;-
Blancanieves