Los nervios han muerto en mi cuerpo y para el mundo soy solo un desperdicio de oportunidad; un saco lleno y de miseria; un averno que quema pero sin fuego, soy solo una blasfemia, un poeta desterrado, un corazón mal herido, un poema sin palabras; un bolígrafo que no pinta mas; un novelista que no tiene manos y no puede prosperar, soy un insecto; un punto para la indiferencia; un misterio de soluciones inexplicables pero tedioso de descubrir, soy una melodía que no se oye, soy un papel seco que no puede presenciar tacto alguno.
Hoy, después que deshagas los nervios de este inefable poeta, no soy nada para el mundo... pero para ti, para ti soy el universo entero.