Quién hubiese disfrazado
la poesía con tu piel
volviendo tus sueños
complices de mis noches,
colgando versos por el cielo,
Quién te hubiese puesto
al alcance de mis huesos
y que en ellos te quedarías
como una huella en la arena
Quién te hubiese
imaginado rompiendo
con un beso el silencio
y que en mi boca
volverías a nacer cada tarde
Quién habría de tomarme
en sus brazos y lanzarnos,
desnudos,
por la vida
sin mas tiempo que una caricia,
sin ningún otro favor
que no haya sido
tu historia enredada en la mía.