Tú, la que siempre supo hacerme vivir,
la que llenó de alegrías un día al verme sonreír,
quien supo decirme que alguien no era para mí,
la que calló noticias por no hacerme sufrir.
Ella, la que encontró soluciones que no supe decidir,
quien me supo valorar desde un principio y encontrar lo mejor de mí,
la que llenó de inmensos regalos a mi pequeño corazón,
tú no tienes precio, solamente derrochas amor.
AMOR, palabra que para ti es algo tan inmenso como una canción,
el que supiste darme cuando yo solo sabía que era el dolor.
AMOR, palabra de cuatro letras que te hace sentir, llorar, reír, suspirar, soñar, crear, vivir...
Quien me iba a decir que una palabra tenía tantas definiciones y todo lo que te hace sentir...
Pues bien, tu me enseñaste cual es el significado del amor: vida, tristeza, sufrimiento, alegría y desolación...
Puede que estos versos no sean los mejores que escribí,
tan solo quería decirte: gracias por habitar en mí.
No me importa que la luna sea blanca,
ni que el viento golpee fuertemente contra mí,
lo único que en esta vida importa... es que estés en mi corazón
hasta que cese de latir.
Gran amiga que llegaste al mundo con fuerza,
juntas viajamos hacia el inmenso planeta de la amistad,
pero nadie sabe el concepto verdadero de nuestro viaje,
el que jamás olvidarás.
Han corrido buenos y malos momentos,
sí... eso suele pasar,
pero supimos ir corriendo hacia una momentánea solución...
que nos hizo aprender y suspirar.
Hablemos otra vez de amor,
aquel que ahora te está consumiendo lentamente y confundiendo a tu corazón,
el que derrochas continuamente con mucho dolor.
Es el amor el que ahora te consume, pero pronto sabrás que de algo sirvió morir para volver a nacer en brazos de la persona que nunca se cansó de luchar por ti.
Tu corazón,
lo único en ti que nunca morirá,
porque estará en el recuerdo de todos los que te quieren...
y en mi alma hasta el final.
Puede que estos versos no sean los mejores que escribí,
pero si tu te vas lejos de mí...
nunca sabré que es una buena amiga si tu no estás aquí.