Un rimero de recuerdos
un arrojo de ilusiones,
un pasar de desencantos
una lluvia de pasiones,
y amores no correspondidos.
Un tren de felicidades
unas tardes de tristezas
y mañanas de alegrías,
llanto en plena soledades
y otras penas, compartidas.
Unas pérdidas de seres
y queridos y queribles,
y la otra de cada puerta
abra el corazón, espera,
con el tuyo propio, mires.
Un gran velo transparente
de garúa muda andante,
y otros con sol ¡regocijo!
de contento estar contigo,
y feliz, desean verte.
El dolor de las partidas
y otros por tanto ignorados,
los despidos, las llegadas,
son los pasos de la vida
para unos, bueno, y otros, malo.
De montañas o llanura
de asfalto liso o tierra,
éste es el peregrinaje
donde deja sus pisadas,
hasta el fin del largo viaje.
Distintas tonalidades
de colores se presenta,
el pasar de cada día
como de las mismas noches,
como de la vida misma.