SENCILLEZ Y SABIDURÍA
¡De los hombres más sencillos
aprende el sabio su ciencia,
para luego y con paciencia
pulirla y sacar sus bríllos!
Para el más sublime necio
su mayor preocupación,
es no saber nunca el precio
de tan noble condición,
al vivir su situación
entre el odio y el desprecio,
de quienes como él mismo son
aunque les sintamos aprecio.
La humildad no necesita
demostrar sus cualidades,
pues son estas propiedades
que la vida deposita,
limpias ya de suciedades
y de esa señal proscrita,
que portan las vanidades
cuando alguien ellas recita.
Si la envidia nos persigue
debemos cederle el paso,
pues cabalga hacia el fracaso
quien a seguirla se obligue;
y, ¡hay de aquel que con ella ligue!,
pues le espera tal batacazo,
que perderá de un plumazo
su salud, si tras de ella sigue.
¡Cual bello es ver la vida pasar
siendo de esta pretendiente,
dejando nuestra simiente
cuando tengamos que marchar,
como lo hace tanta gente
que esperan pacientemente,
les permitan regresar
como sueño en otra mente!
Joanmoypra