Ya no hay nubes en
el cielo solo su
inmensidad.
No hay misterios
ni desvelos
solo luz y
oscuridad.
Ya no puedo
imaginar que
hay detrás
de tu verdad.
Y en las noches
los luceros a
mis sueños
sin final.
Acompañan
mis deseos
de eternidad.
Ya no hay nubes en
tus ojos ni mentira
ni verdad solo mi
soledad.
Pero sé porque te
quiero que las
nubes volverán.
Detrás del mar del
deseo que en tus
ojos ya no está.
Rafael Pablo