Cecilio Navarro

Fuente grande de Aynadamar

El brote de tus lágrimas

surgiendo de esos ojos plañideros.

Naciendo en las entrañas

del amor, del afecto,

del dolor, la emoción o el sentimiento.  

 

Son lágrimas que emergen

con ritmo lento, lánguido y sereno,

de tu pecho viviente,

de tu núcleo recio,

convirtiéndose en fuente, de sustento.  

 

Son canales fluyendo

cual ofrenda de vida  y esperanza,

que por venas de riego

a los campos se arrastran                                                       

desde tu corazón, en la Alfaguara.  

 

Son lágrimas de pena

que viertes sin parar por un hermano

que murió... a tu vera,

sin piedad, fusilado;

el amor a la vida, su pecado.