El friolento té y su aroma tan peculiar,
La textura en mis manos,
Y la espuma entre tus labios,
El sabor que degustamos,
Es un recuerdo del pasado.
El pasado es un ayer,
El presente es un hoy,
Y el futuro no lo sé,
Pero el recuerdo es un presente,
Que yo te regalaré.
Te conozco tanto,
Que te repaso a diario,
No logro sacarte de mi cabeza,
Estas muy dentro de ella.
Cierro los ojos y en un pestañeo,
Vuelve a mi el aroma de aquel té,
Que sin azúcar, endulzó mi día,
Pero vida mía, veme, escúchame, entiéndeme,
Tu no eres uno mas de mis recuerdos.
Mis recuerdos desvelan más que el café,
Desvelan mäs que el ayer,
Desvelan más que la espera,
Desvelan más que esta hoguera,
en la que me encierras,
Esa ausencia en donde me dejas,
En el silencio de tus brazos,
En la soledad de tus abrazos.
No es inútil la espera,
Sin embargo no llegas,
Mi mirada se pierde,
Ante tus ojos brillantes,
La hoguera del amor quemado,
Va incendiando mi corazón abrumado.
Hoy soy una y mañana tal vez otra,
Pero entre mis hojas,
Están aquellas notas,
Las que quiero que veas,
Las que deseo que entiendas,
Las que jamás ocultarían,
Mi acariciadora espera.
Aurora Orozco