José Antonio Vilela Medina

Simplemente tú

Exánime en el viento,
Tus brazos cual magia se apoyaban,   
Me brindo tu amor una paz,
Me brindo tu amor una luz,
Que esta alma esperaba.
Vesánico pasaba noches interminables por encontrarte,
En la penumbra amarga.
Eras tu ninfa,
Mezcla de alelíes y de rosas,
La inspiración de poemas y de prosas.
Surcan mis manos tus cabellos castaños,
En un afán por recoger tus pensamientos,
En un afán por acariciarte.
En la profundidad de tu complaciente corazón, me abrigue.
Oh dulce amor mío que exiguo es mi amor.