He asomado la curiosidad por la ventana
limpié el vaho bosquejando figuras abstractas,
fui dejando pedazos de esencia infantil en el vidrio.
Suena irónico las remembranzas que mis dedos dibujan.
Pude por fin despejar el nubarrón que manchaba la lámina invisible
y di rienda suelta a mis ojos.
Son celestes los árboles
y vírgenes los insectos que olfatean la tierra
cuando las nubes propagan sus menudas caricias acuosas.
La lluvia casi sin hacer ruido
chilla su canción suicida
mientras los neumáticos la aplastan.
Inevitablemente hay una lluvia de recuerdos en mi memoria
y es mi presente quien la estruja
esta vez son mis ojos que se ensucian de vaho.