Ay, si supieras de mi nostalgia de ahora
cariño, amor, pasión del alma mía,
por qué tengo que pensarte en toda hora
si eso me entristece cada día?
No lo creerás si te digo que este amigo
se acostumbró a ti rápidamente,
ahora sufre, te extraña, busca abrigo
en tu nombre y tu recuerdo permanente.
No te veo con los mismos ojos de hace días
No... !Oh Dios... hoy te quiero, te celo
necesito las horas de tu compañía
hoy eres mi sueño, mi ideal, mi caro anhelo!
Quizá asome en tu ser el justo enojo
ante el hecho de lo en mí no esperado,
si es que -por un acaso- no hay enojo...
ven, te espero, hoy te amo confieso avergonzado.
Bolívar Delgado Arce