SIN NOMBRE
Sus labios verticales se abrieron para mis besos
bebí de su espalda hasta su intimidad más oscura
acaricié la espesura de sus valles
encontré evangelios en los perversos néctares del limo que humedecía entre sus piernas
mientras mis manos acariciaban el desfiladero de su pelo
donde lunas estancadas brillaban aquella noche
lentamente los gemidos de la cama se sosegaron
algo de esa humedad quedó yacido en nuestras manos
haberte sentido por lugares que ya no encuentro
convertida en transparencia que se impregna dentro,
donde puramente te sigo amando.
En mi piel crece un volcán nocturno
y el recuerdo de tu lengua es erupción sublime
mi carne ardiente algo pregunta
conmemorando dos cuerpos que fueron calcinados
tu ceniza se recuesta sobre la cama que permanece callada
miro tu silueta, evocaciones de fuegos que ardieron
quisiera volver a poner tu olor entre mis dedos
estirar el nylon que dividió tu monte
refrescar esta ansia alzada con tu boca
vertebrar este incendio a solas y volver sobre la invocación tu cuerpo.