FELINA

USURPADORA

Caen las hojas de mis días,

como viejo calendario,

desgranándose en el tiempo,

uno, a uno, los años...

los que ya están en desuso,

cayendo al suelo,

para ir a dar al basurero.

Ya no tendré años viejos,

ya no tendré años nuevos,

todos  han ido desfilando

siguiéndo los pasos

inexorables del destino.

Forjándome un futuro

he gastado mi tiempo

sin mezquindad...

haciendo más de lo que he podido…

Formando surcos de silencio,

sembrando huellas, en los caminos

por dónde he recorrido...

batallando con la muerte,

casi que me he perdido

en esos senderos

de oquedad sombría.

He cultivado amistades,

regando con mí cariño

esos prados en donde habitan

que es el jardín de mi alma.

¡Ya la juventud no vuelve!

Ella se lleva de la mano las ilusiones,

ya no hay tiempo para desandar,

ya no se puede fijar la vista atrás

para recoger las oportunidades

que un día dejé perder.

¿Qué cuantos años tengo?

Eso no me lo preguntes,

yo ya no tengo años...

me los  he  gastado todos,

en los ir y venir  de la vida.

¡Ya no tengo años!

Se han quedado en lo que he vivido,

están en el tiempo de mis hijos,

en el tiempo que he dedicado;

a mis padres, a mi familia, a los animales...

están en los recuerdos de las cosas importantes,

también, en los recuerdos de las cosas vagas...

están en todo lo que hice y deje de hacer...

están en los poemas que tengo escritos.

¡Yo no tengo años!

todos los he consumido...

no me alcanzaron

para culminar mis proyectos.

Ando con los años prestados,

que le sobran a un amigo...

él no los ha gastado

en algo provechoso, no los necesita...

con su vida nada ha hecho…

No ha sembrado un árbol,

no ha escrito un libro,

no ha tenido un hijo

y el amor no le ha llegado.

Yo vivo con su tiempo prestado,

a él, de nada le sirven estos años;

a mí, se me acabaron hace rato...

¡Estoy pensando...

quedarme con su tiempo,

usurpar, cada minuto, cada segundo

y vivir de nuevo!

Felina

USURPADORA (reflexión)