¿De qué extraña colección de olvidos
volvió tu mirada a reclamar mis sueños?
¿A qué rincón que yo creí perdido
le adeudo este amante empeño?
Tal vez el viento con su ignoto origen...
Tal vez el lago con su azul profundo;
este silencio inapelable rigen,
¡como si a estar aquí se redujese el mundo!
¿Serán los duendes que en su andar furtivo
juegan a esconderse en los sentimientos?
¿Serás un recuerdo que permanece vivo
o es que vivo sólo si te siento?
Villa Futalaufquen, 4 de febrero de 2003