Dedicado a Pablo Iglesias.
“Pablo lanzó sus brazos al cielo para conquistarlo,
Pero no había nada que conquistar en el aire,
Y se quedo sin brazos en la tierra”
Angelillo de Uixó.
I.
No me moveré de la tierra Pablo,
Si mis brazos nadaron contra el agua y la piedra
Y llegó antes la cosecha
Que la solución a los problemas.
Dejarme dormir ahora,
Olvidando Junto las ranas que claman,
a un Cristo de cera para que sea su rey,
Bajo los arcos y puentes,
Presencio como se fugan,
en barca a la otra orilla
Un ejército de ardillas,
capaz de cruzar de parte a parte,
España Sin destino,
Perseguidas por un jinete patrono de azul.
Me adentraré por los zarzales
Que me abren su camino seguro
Enterrado entre pedregales.
Se puede avanzar por un mar de espinos,
Si lo haces como una serpiente.
Aquí,
Región sin explorar,
a la que nadie quiere cruzar,
Aquí,
Donde se encuentran cacharros oxidados
Que habitan bajo las ramas que cubren el cielo
Juntos los hombres del barro
Que beben amianto con sus labios en charcos,
Caídos los días de lluvia de la radial de Saturno.
Lejos está la tierra del mundo,
Y el mundo de la inmortalidad del cielo.
Compasión.
Ternura.
Locura.
Vida.
Al contemplar como las hormigas amontonar los brazos,
Que no tomaron el cielo.
Bajo las tiernas judías,
Asoman las lenguas de las cabezas en hoyos
A las que acarician las alas de las lechugas
Que juguetean junto los pepinos,
Enredados en sus cañas.
Adiós brazos míos,
Iros lejos si no habéis de llenar el cielo con nuestra tierra.
Angelillo de Uixó.