Señor bendito,
he dejado mi semilla en tus manos
y ha florecido en mi alma servidora y fiel.
Dios eterno amor
tu me haces crecer
a través de tu palabra de luz
recibo confianza y fidelidad.
Padre divino,
atraviesas los mares
y abres los caminos
con tu gracia y justicia
limpias las almas
y la sed queda saciada
en la fuente de vida.
Amado creador
la fe que fundaste
se respalda en tu promesa de salvación,
en la tierra, tu palabra luminosa
y nosotros tu universo
somos tus servidores.
Bendito Dios,
que tu fidelidad sea bálsamo
y mis labios dejen almas fortalecidas de fe.
Rosa Maria Reeder
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