No hay recuerdo mas dulce que el café
que preparaste cada mañana para los dos,
con un sabor tan tuyo, delicadamente amargo.
No hubo instantes mas perfectos
que los anocheceres a tu lado,
frescos en verano y cálidos en invierno.
Tuvimos días largos,
llenos de vida, inolvidables,
como ha sido tu amor desde entonces,
cariño tuvimos todo juntos.
Dejaste marcada cada fecha en el calendario,
cada puerta y cada ventana,
dejaste tu olor en cada sabana y almohada.
Y así me pides olvidarte,
si son indelebles las caricias que me diste,
como lo son los recuerdos de cada sitio de mi habitación.
Habitación que me habla de noche a deshoras,
que me golpea el cuerpo , que pregunta por ti,
como pregunta la vecina.
Como me pides olvidarte mujer,
si no hay objeto ni recuerdo
que no me conecte contigo,
como me pides olvidarme de ti
si el sabor de tu café es indeleble sobre mi boca.