Si juntameos nustros cuerpos
en noches apasionadas
entre caricias y besos
nos llega la madrugada.
.
Si nuestros labios se juntan
como la playa y la arena
la vida se vuelve plena
andando la misma ruta.
Si ese sabor que nos gusta
desde su propio comienzo
va superando tropiezos
consolidando el sentir,
disfrutamos el dormir
si juntamos nuestros cuerpos.
.
Si unimos nuestros anhelos
de manera permanente
seremos tan consecuentes
como lo es el mar y el cielo.
levantemos ese velo
de almas muy ilusionadas
que nuestras horas sagradas
presas en un aposento
tienen minutos de viento
en noches apasionadas.
.
En cada oportunidad
que compartimos la cama
cada instante nos reclama
fusionar la intimidad,
que como tibia heredad
nos sume en mil embelesos
y el sabor de los cerezos
que sale de nuestras bocas
de momento nos trastoca
entre caricias y besos.
.
En las horas nocturnales
en la que nos damos cita
el cuerpo se nos excita
de modos muy especiales
allí corren a caudales
de manera inesperada
las ansias inusitadas
de tu sentir y del mío
y en ese libre albedrío
nos llega la madrugada.
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Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela