Sé lo que soy:
El fondo oscuro que resalta
tu belleza.
Más de nada me sirve tu imagen recostada
sobre mí y el relumbrón de esa
mirada en penumbra.
La distancia de tu piel,
de tu pelo y de tu calor me convierte
en piedra vacía y en humo mojado.
El resplandor de tu sonrisa ha traído
alegría en estas noches invernales.
Empero mi alma no haya paz
alejada de tu aroma y
del calor de tus candentes poros bajo esta
desamparada sábana.
Te pregunto:
¿De qué vale una jarra si el vino
que sacia quedó en el altar?