Adrian Labansat

MANICOMIO

MANICOMIO

 

Húndete en el sitio remoto donde no vibre el tímpano

anégate con la oscura piel de la locura

hasta que la penuria consiga el borde de los ojos que se han secado

renace y persiste la ausencia

donde se abandona a los besos, al amor, y lo que se sostenía antes del abismo

su madre espera, sabe que la cordura está de viaje

donde no se llega a ningún parte

donde todo es invisible,

sus lágrimas aguardan en salas de espera,

esa sala amplia de rocas frías

en donde el mundo de aquel vástago se elevó

y no hay quien ascienda para frenarlo.

Superficie de invisibles abismos,

donde él se ha lanzado,

espera en el insomnio al hijo que está ahí, que no regresa,

atestigua con el hombre de vestidura blanca

intentando descifrar el universo de semejanzas que lo contienen,

tratando de inventar la cordura

dibujando un parecido con lo que se le ha ido.

 

Ensimismado

negando descifrar sus secretos,

inaccesible en su mundo transformado en fabula y delirio

donde pertenecerá a dos reinos inconmensurables

a donde ninguna realidad puede admitir.