“No hablan, pero sí cantan”
Caso curioso y gracioso
el que a mi me aconteció
en una tarde de julio
cuando ya caía el sol
entre letras y poemas
mi niña me interrumpió
planteándome una duda
y esto me preguntó:
“Papá tú que tanto amas
la fauna en su esplendor
dime porqué las aves
como obra del Creador
no hablan como nosotros
¿acaso es discriminación?”
Con candidez y ternura
fue esa su interrogación,
sobre los muchos idiomas
y sobre la comunicación
de cada especie animal
que poseen a la sazón
dio ella sus pareceres
y yo la contestación:
Ladra el perro por ejemplo
para ahuyentar al ladrón,
maulla el gato por la leche
pidiendo su justa porción,
ruge el león en la selva
es signo de dominación,
chilla el mono muy travieso
y sus monadas son humor,
croa la rana en la charca
anunciando precipitación,
en el panal zumba la abeja
por su miel con dulce sabor,
gruñe el oso en la montaña
la rica miel es su perdición,
relincha el brioso caballo
con paso raudo y veloz,
gruñe un cerdo entretenido
comer es su mayor afición,
pita un toro en la pradera
muge la vaca a continuación,
bala la oveja sin su lana
esquilaron su calefacción,
hulle en estampida el elefante
del sanguinario y vil cazador
aulla el lobo desconfiando
del hombre cruel y traidor,
y rebuzna el burro pollino
pidiendo más conmiseración
sobre el trato que merecen
sin castigos como sanción.
Más realmente no poseía
una válida explicación
y de tanto meditarlo
compartí mi reflexión:
Ulula el buho en la noche
por ser centinela celador
pero cantando los pájaros
no tienen comparación
es música muy excelsa
haciendo la revelación
del nuevo día en el alba
y que ya nos amaneció
y su canto se prolonga
mientras hay luz y calor
es su leal agradecimiento
a natura y su perfección,
sin olvidar al altanero gallo
es puntual y preciso reloj,
para qué querrían hablar
si su trino es bendición.
Por Hermes Varillas Labrador
13/07/2016