Después de haber pasado las más asfixiantes angustias y noches sin dormir,
salí victoriosa sobre esa niebla rebosante.
mi valentía fué más tenaz que el frío que envuelve el espeso bosque de mis pensamientos.
transité acompañada por sombras, casi me acostumbro a ellas, por poco y lloro su partida.
venturosamente el triunfo me consoló.
adiós triste patología.