Te abrazas a sus ojos.
Estiras al manos, no quieres ahogarte,
en su piel.
Su cuerpo es tu cárcel.
Sal pronto.
Que te envuelve y no deja salida.
No te muevas,
sal en silencio.
No le llores cuando se marcha.
Es señal de que lo amas.
Que no lo sepa.
Aunque sea cierto.
A veces es bueno, no entregar todo.
Ámalo pero no lo idolatres.
¿Ves?
Abre la puerta y ya se va.
Otra vez, sola.
*Autora :Edith Elvira Colqui Rojas-Perú