Árbol seco, desvalido
seca su rancia madera
Perdido en verde pradera
y condenado al olvido.
Mi árbol ya casi sin vida
y mi alma, sola, sufría
pensando el amor huía
con mi nostalgia querida,
muy dolorosa es mi herida
milagro pronto pedía
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Aparece tu presencia
y las ramas secas, arden
pasión, deseo, disuaden
con muy sensual apetencia.
Me domina la conciencia
fuego ígneo que me invade
pasión que todo lo evade;
piensa que hasta seca rama
es ardiente y roja flama
y que al cielo nos traslade.
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