Tenía preparadas unas rimas
para describir mi mundo ideal:
Un mundo casi de fantasía
reinando el amor y la paz
De unos cuartetos se trataba
bien rimados y medidos
y en ellos, ilusa, yo hablaba
del mundo que hubiese querido
Pero algo ha pasado esta noche
que me impide el escribirlos,
ese mundo es un fantoche
ante la realidad que vivimos
Yo ahora deseo un mundo
sin dioses que impulsen la muerte
sin dioses que quieran torturas
destrozos, atropellos, ejecuciones,
fuera de una elemental cordura
No quiero un mundo con dioses
que provoquen un gratuíto terror
o que pidan inmolaciones
Yo quiero un mundo con dioses
que no inciten a matar para honrarles
sino que propugnen comprensión
y amor entre semejantes
Pero tengo tanto dolor en el alma
¡Que ya no sé si quiero dioses!