Le han contado entre los muertos.
en un gesto inmóvil el miedo le ha suplantado,
sueña con paralíticos,
piernas amputadas que caminan sobre un mapa vacío.
La tarde sostuvo sus lamentaciones indiferentes hasta el ósculo de la noche.
Tajado corazón yace junto a difuntos días.
sucesión de sueños salpicados de heridas
que están desnudas y apiladas en los rincones.
Sólo queda huir de las precipitaciones que trasladaron el miedo
le están vistiendo para dormir pero despierta en el mismo sitio
esta noche ha traído algo de luz entre el celaje
comienza a ver la realidad parpadeando como velas
deseando no volverse a quedar a oscuras en la irrupción de los besos.
La noche, presagio de símbolos oscuros,
ha temido a la oscuridad desde entonces
un niño escondido sigue llorando la crueldad
mirándose las heridas en toda su sombra.