Tocan el timbre a la hora exacta de la salida. Enrique en aquel instante sintiò que su infancia paso ante su vista como una pelìcula \"el timbre del colegio, luego llegar a la casa hacer la tarea y salir a jugar un rato en el terreno un poco de futboll con sus amiguitos, era toda la distracciòn que en aquel tiempo tenìan los niños de la vecindad\", se lava la cara las manos y se cambia de ropa, se observa brevemente al espejo mientras se peina cuidadosamente el cabello, y luego lo guarda en el bolsillo de su pantalòn, alguìen le llama en voz alta. -\"Vamos Enrique ya se nos ha hecho tarde, las chicas nos esperan en aquella fiesta, quìzas allì se encuentren nuestras futuras esposas. -Nerìo ya no empieces a molestar con eso, seràs tu el que se quiere casar. Y los dos jòvenes adolescentes pronto desaparecieron de la zona industrial en que trabajaban de sol a sol, para ganar el sustento propio y el de su familia tambièn, al igual que todos sus vecinos. Cuando llegaron a la fiesta todos ya tenìan sus parejas de baile y los dos amigos solo miraban a los otros bailar. Una chica se les acerca con gran disimulo, oportunidad que aprovecho Nerìo tomandola de la mano la invita a bailar. Otra chica observaba a Enrique desde un rincòn del salòn de baile, y este al sorprenderla le guiño un ojo y enseguida ella le devolviò una sonrisa, asì fue como empezaron aquellos amores. Eran tiempos difìciles para todos, en cuanto a la situaciòn ecònomica y pòlitica del paìs. Los amigos vivìan en la misma vecindad, allì se criaron juntos, mientras sus padres ahora mayores, trabajaron muchos años en la misma fabrica en la que ahora trabajan sus hijos. Asì pasaba la vida en aquel pequeño rincòn del mundo. Compartìan en familìa buenos momentos y grandes disgustos. Cada mañana Enrique se molestaba al no encontrar sus objetos personales donde les habìa dejado, motivo suficiente para cambiar el humor y pasar todo el dìa enfadado. Sin prestar atenciòn aquella actitud se convirtiò en el pan de cada dìa, tornandose uraño por cualquier situaciòn que escapara a su control. Todos le advertìan que no valìa la pena vivir de esa manera, pero èl no les presto atenciòn al pensar que solo el tenìa la razòn. Linda se enamorò de èl desde el primer momento que lo viò, y en poco tiempo ya vivìan juntos en la misma vecindad. Pronto el compartir amoroso le cambiò, para mostrar el mismo mal càracter de siempre. Con el tiempo participò en un estallido social ante la grave situaciòn ecònomica que atravesaba el paìs. Sin pensar en nada se alineò en los movimientos subversivos, los mismos originaron graves problemas a nivel familiar, ya que el règimen del momento ante cualquier situaciòn que comprobarà la incriminaciòn en actos subversivos de cualquier ciudadano, de inmediato serìan detenidos todos los involucrados. En el caso de Enrique, su padre fue detenido ya que se le encontraron en el hogar propaganda revolucionaria y les acusaron de guerrilleros. A consecuencià de el maltrato sufrido en las càrceles del momento, el padre de Enrique muriò. En poco tiempo aquel règimen de gobierno cayo. El paìs poco a poco recuperò la calma al igual que aquella vecindad. En poco tiempo Enrique se convirtiò en papà, hecho que al parecer no le diò la suficiente alegrìa en mejorar su càracter, al contrario al parecer con el tiempo se convertìa en un ser amargado. Nerìo en poco tiempo muriò aun siendo muy joven, determinaròn un alto grado de intoxicaciòn por los quìmicos empleados en la fabrica, donde presto sus servicios por años, al parecer la exposiciòn por tanto tiempo directa a dichos elementos provoco su muerte. Esta muerte afecto notablemente a Enrique ya que era el Nerìo fue el amigo en que depositò su gran confianza y aprecio. Al poco tiempo de casado ya Enrique no quiere vivir con su esposa, quien ya no soporta los constantes cambios de humor de èl. Ella lo abandona y el queda solo con su hijo. Su madre le dice que aun esta joven y puede rehacer su vida al lado de otra mujer. Èl admite que puede ser una soluciòn a la soledad en que se encuentra.
y la vida continua...