Lágrimas mojaron el viejo cuaderno
donde solía escribir mis versos.
Furtivas lágrimas de añoranza,
por aquellos robados besos,
con el tiempo, besos desgastados.
Mirando al ajado calendario,
de soslayo, como con miedo
de ver la cruda realidad,
con nostalogia de lo vivido
y decepción por lo no alcanzado.
Y llega la esperada luna,
que ilumina, la ansiada espera,
y se lleva, en bandeja dorada,
las penas del alma...
Esas penas que eclipsaron,
la noche de solitarios versos,
cuando se secaron mis lágrimas;
esperando que pasara el tiempo.
J.Plou