“Aprendiste a silenciar tus melodías
cuando su silueta danzaba en brazos
de alguien que deslumbró sus días”
(Pepita Fernández)
Tus ojos desnudos acariciaron la copa
y en el vino desfiló su rostro.
¡Oh, soledad! ¿Qué estrella
podría rescatarte de tus escombros?
De ti solo conocías…su amor por ella.
Rodó tu noche sobre caminos gastados por sueños
y fue herido el aire nocturno con su perfume en lejanía.
Tus manos gastadas se abrazaban a la nada
en la multitud de gestos perdidos en el viento.
Y al nadar entre tus sábanas
el mundo de su cuerpo no pudo ser alimento.
Fue tu doloroso secreto
imaginar que ella colgaría guirnaldas de sonrisas
desde tu cuello hasta el cielo.
Hoy te has ido y yo te extraño
ella también porque fuiste su mejor amigo.