Ya no recuerdo muy bien aquel día,
ni de como fue que ocurrió el contagio,
del jardín de la vida, melodías,
del sol naciente hiciera nuevo adagio,
comencé rezo sin escapulario,
hasta que llegué a estos días aciagos .
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Tarde serena, felizmente amena,
capullo tierno nacido, flor abría,
con un cálido aroma de azucenas,
cuando suave beso, amor recibía,
y mes de Abril traería verbena,
venturas, risas, y alegrías plenas.
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En adelante fue cual vil condena,
y por tan raro ósculo me enfermé,
colores extraños tornó la vida,
cuando elevo sus alas, y se fue,
y la locura de amor yo sufriera,
en poesía remedio busqué.
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Desde entonces triste ha vivido mi alma,
pensando en el perdido Cristofué,
y de un dulce mal estoy muriendo,
sin encontrarle alivio, ni cura,
a esta enfermedad tan perversa e impura,
como este dolor que acusan mis pies.
Como olvidar tortura padecida,
y que llaman la locura de amor,
a poco mata, sentidos envilece,
y yo llamo cruel ceguera pura,
pues no deja ver el duro engaño,
la mentira, ni causa del dolor.
Raquelinamor
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