Enrique Garcia

[ El Loco ]

El loco,

que despunta su presencia,

y escruta,

su tic-tac y su existencia,

afina

el iris, ensaya su sentencia,

residuo,

paradojal de su demencia.

 

La musa,

que enjuicia su cabeza,

y enajena,

su lucidez y su destreza,

activa,

el nervio, nutre una pereza,

discurre una banalidad o una certeza.

 

La razón,

que lo asiste frágilmente,

y confina,

una utopía confidente,

numera,

la ciudad, cuenta su gente,

en el hospicio,

urbano indiferente.

 

El dislate,

que estruja su cordura,

y atraviesa,

el dintel de su estatura,

imagina,

un letargo, una premura,

una vis,

conjetural de su mesura.

 

La muerte,

que ensaña con inquina,

y se arropa,

terrestre y clandestina,

es la provisional,

miasmática, interina,

víspera,

condicional que lo conmina.