A ella se le grietaba el corazón cada vez que embocaban el pasado.
A ella se le escrujia cada vez con más frecuencia aquel dolor por melaconlia y amores pasados. Ella vivó días dignos de ser recordados con sonrisas, pasado los dias se volvieron lágrimas y espinas encarnadas.
Su último episodio de tal agonía, culminó con las lágrimas que sus ojos aún guardaban. Ella no toleró más ese dolor, ella dijo no.
No soporto más tal tortura, y para sus adentros dijo, esta soy.
Ella dijo no,no dió más paso al dolor.
Ella superó, y entre versos furtivos salientes del corazón, ella se renovó, ella olvidó.